Disfruta de una escapada en la Costa Brava, una tierra privilegiada por su belleza natural, su gastronomía y sus tesoros artísticos. Encuentra las mejores ofertas de escapadas y actividades en la Costa Brava y saborea la esencia mediterránea.
Planea una escapada a la Costa Brava y déjate seducir por la magia de sus playas, pueblos de pescadores y villas medievales en pareja o en grupo con amigos ¡Te encantará!
A lo largo de más de 200 kilómetros de costa encontrarás hermosas playas y calas de aguas azul intenso, junto a pueblos de pescadores con encanto como Calella de Palafrugell o Begur. Tomando rumbo norte podrás acceder al impresionante Cabo de Creus, a la bahía de Roses y Cadaqués pasando por Figueres, o Peralada. Siguiendo hacia el sur, podrás llegar a la hermosa localidad de Tossa de Mar pasando por Palamós, Sant Feliu de Guixols y Platja d’Aro.
Si te gusta la naturaleza, en la Costa Brava también podrás de ella en alguno de sus tres parques naturales: Cap de Creus, Els Aiguamolls de l ´Empordà y El Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter.
Además de tumbarte al sol y nadar plácidamente, también podrás activarte en la Costa Brava con numerosas actividades náuticas, de aventura en la naturaleza o deportivas como el golf, gracias a los numerosos campos disponibles en la zona. Y si te gusta el enoturismo, siempre podrás visitar alguna de las magníficas bodegas de vino D.O. Empordà de la zona, con los que acompañar cualquiera de los platos de su famosa gastronomía en algunos de sus célebres restaurantes galardonados con estrellas Michelín.
Pueblos medievales de la Costa Brava
Pero la Costa Brava no sólo es mar. Visitar sus pueblos medievales se puede convertir en un auténtico viaje en el tiempo. Castillos, palacios, iglesias románicas y góticas, pueblos totalmente amurallados ¿te vas a perder este hermoso despliegue de arte, historia y tradiciones?
En el pueblo gótico de Pals podrás visitar su núcleo medieval monumental, alzado en lo alto de una colina, que conserva su estructura y trazado original. Ya en el municipio de Forallac, encontrarás un conjunto de pueblos muy cercanos entre los que destaca la preciosa localidad de Peratallada, con sus estrechas e irregulares callejuelas de piedra, abrigadas por un complejo sistema de murallas.
Otra cita ineludible con el medievo en esta zona es el pueblo de Monells, en cuya plaza, rodeada de antiguos arcos y pórticos, se celebra una famosa feria.
Y si te sigue llamando el patrimonio cultural de la región, ¿por qué no darte un salto hasta la capital? En el casco histórico de Girona, la “Ciudad de los cuatro ríos”, podrás apreciar curiosas construcciones medievales, un increíble barrio judío y reminiscencias árabes y romanas.
La Tierra de Salvador Dalí
Ésta es la tierra que vio nacer a Salvador Dalí. No te pierdas los paisajes y la luz que inspiraron al genial artista recorriendo el triaángulo Dalí.
Emìeza por el romántico castillo medieval de Púbol. Dalí le regaló este castillo a Gala en 1968 cumpliendo una vieja promesa, un castillo al que él no podía acceder sin previo permiso por escrito de su esposa ya que era su refugio personal, su lugar de descanso. Con el paso del tiempo, el castillo se convirtió en el último taller del artista y en el mausoleo de su musa y esposa.
Siguiendo unos 30 kilómetros hacia el norte llegarás a Figueres, el segundo vértice de este triángulo, donde encontrarás el mayor objeto surrealista del mundo: el Teatro-Museo Dalí. Aquí podrás deleitarte con el más amplio abanico de obras que describen su trayectoria artística y disfrutar del edificio como un todo, ya que cada rincón fue diseñado por el propio Dalí con una finalidad común: sumergirte en su hermoso, cautivador y excéntrico mundo.
Y para terminar este artístico periplo, tendrás que dirigirte hacia la costa y llegar a Cadaquès y Portlligat, la única casa estable de Dalí, el lugar en el que vivió y trabajó hasta la muerte de Gala.
Aquí disfrutarás de un paisaje único iluminado por una luz muy especial, y podrás sentir la sensación de aislamiento que atrajo al artista allá por 1930, cuando decidió instalarse en una pequeña barraca de pescadores que fue creciendo y tomando la forma actual durante 40 años.