Escápate a la Ribera del Duero, una de las rutas del vino por excelencia que recorre el corazón de la Península Ibérica, desde Valladolid hasta Soria. Elige entre una selección de escapadas de enoturismo a la Ribera del Duero, repartidas entre Peñafiel y Aranda de Duero, y descubre todos los secretos del vino en esta renombrada región vinícola.
Conoce las bodegas de la Ribera del Duero más afamadas y reserva tu escapada en los hoteles con más encanto de la ruta del vino
Presidida por el majestuoso Castillo de Peñafiel, icono de la Ruta del Vino, en torno a la villa medieval de Peñafiel se asientan una buena parte de las bodegas de la Ribera del Duero.
Capital de la ruta vallisoletana, Peñafiel aúna un rico patrimonio histórico, la tradición vitivinícola y gastronómica y un hermoso entorno natural. No dejes de pasear por sus calles medievales hasta el Castillo, desde el que se puede admirar una panorámica espectacular, y en cuyo interior se encuentra el Museo del Vino. Tampoco dejes pasar la Plaza del Coso, la Torre del Reloj o las iglesias (Santa María, Santa Clara y San Pablo).
Situada en el epicentro de la conocida como Milla de Oro, desde Peñafiel podrás recorrer cómodamente la Ribera del Duero y sumergirte de lleno en el mundo del vino, visitando sus bodegas más destacadas y catando sus afamados vinos.
En las mismas faldas de la montaña sobre la que se alza el Castillo de Peñafiel te esperan las impresionantes Bodegas Protos, que aúnan como ninguna la tradición y la modernidad, con sus galerías subterráneas y sus nuevas galerías de diseño vanguardista. Muy cerca de allí, entre viñedos y castillos, también de arquitectura moderna, podrás visitar otras bodegas como Legaris, Comenge o Cepa 21, el innovador proyecto de la familia Moro, e incluso pasear a caballo entre viñedos.
Y en el corazón de la Milla de Oro te costará decidir entre las numerosas propuestas disponibles. Desde las emblemáticas bodegas Emilio Moro y sus viñedos centenarios artífices de sus afamados vinos, hasta el precioso paraje junto al río que esconde Finca Villacreces, pasando por las conocidas Arzuaga Navarro, Matarromera, o Emina y su moderno centro de interpretación del vino. Sin olvidar hacer parada en el Monasterio de Santa María de Valbuena, sede permanente de las Edades del Hombre.
Aranda de Duero, Historia y Ciudades monumentales
Siguiendo el curso del río Duero desde Valladolid llegamos hasta Aranda de Duero, villa llena de historia que junto con Peñafiel comparte la capitalidad de la Ribera del Duero, por su concentración de bodegas y su buena ubicación, a menos de una hora de Burgos y Valladolid, y muy cerca de Segovia, Soria y Madrid.
Si a lo largo de la Ribera del Duero conviven bodegas subterráneas con siglos de historia y bodegas más modernas mejor adaptadas al visitante, el casco antiguo de Aranda de Duero es un monumento vivo donde admirar este contraste. Bajo sus pies se esconden más de 7 kilómetros de laberínticas galerías subterráneas llenas de bodegas, excavadas desde el siglo XII para conservar los vinos a temperaturas y humedades adecuadas todo el año.
De ruta por la Ribera, al dejar atrás Aranda de Duero, mires donde mires estarás rodeado de extensos viñedos y bodegas para todos los gustos. Camino de Burgos, a un paso encontrarás proyectos de diseño vanguardista como las espectaculares Bodegas Portia, obra del arquitecto Norman Foster, experiencia que podrás combinar con la visita a la monumental Lerma o Covarrubias.
Yendo hacia Roa, podrás sumergirte en los hermosos paisajes del valle del Duero y conocer otras bodegas como PradoRey, una de las mayores explotaciones de la Ribera, o el mimo con que se elaboran los preciados vinos de Pago de los Capellanes. Mientras que si optas por explorar la ruta que conduce a Soria, además de las Bodegas El Lagar de Isilla, frente al Monasterio de La Vid, no dejes pasar la oportunidad de disfrutar del encanto de pueblos como Peñaranda de Duero, Caleruega o San Esteban de Gormaz.
Bodegas y Gastronomía, un maridaje perfecto
No te conformes con visitar bodegas o catar sus vinos. Si deseas sumergirte en el arte de la cata, qué mejor que apuntarte a algún taller o curso de cata en bodega.
Toda una experiencia de enoturismo que podrás completar saboreando la gastronomía castellana con tus vinos favoritos en los asadores y restaurantes de la Ribera del Duero, con mención especial a su delicioso cordero lechal asado en horno de leña y sus menús maridados.
Planifica la ruta de enoturismo a tu gusto tantos días como quieras, con o sin hotel, eligiendo cómodamente los servicios deseados.
En definitiva, una escapada en la que empaparse de la esencia de la Ribera del Duero, sin nada que envidiar al Valle de Napa o a la Toscana.